sábado, 24 de enero de 2015

A Javier de Alvarado

Conocedor de todo
maestro en nada

Dejaste un vacío gélido en mí
una tarde de otoño en la que nadie
hubiera imaginado tu partida

Compartíamos tanto...
nunca olvidaré
tu devoción hacia mí
tu amplia sonrisa al verme
tu conocimiento exacto
acerca de casi todo

Pero te llevaste el dolor
ese dolor que aun siento
cuando pienso en los últimos años

Sé que estás ahí
tu fantasma me desvela
algunas noches
tú me acompañas siempre

y muchas veces me pregunto por qué
contigo se fue cierta inocencia
al sentir tan cerca el dolor, la pérdida
del mayor maestro que tuve

No hay comentarios: